(Por Ulises Canales*) Combates esporádicos y movilizaciones opositoras para exigir garantías de que el presidente Alí Abdulah Saleh no regresará a Yemen marcaron hoy la crisis política, en medio de denuncias de ataques aéreos estadounidenses contra milicias islamistas.
Los líderes de tribus rebeldes armadas continúan desafiantes ante las autoridades que gobiernan Yemen durante la ausencia de Saleh, quien está convaleciente en Arabia Saudita, y reiteraron su reclamo de un gabinete interino y compromisos de dimisión del mandatario.
Mientras Occidente retoma las gestiones para reactivar una iniciativa del Golfo Pérsico sobre Yemen, medios de prensa aseguraron que Washington presiona a Riad para que convenza a Saleh de renunciar oficialmente a su cargo y no regrese al país como presidente.
Pese a que el vicepresidente y gobernante en funciones, Abdu Rabbo Mansour Hady, instruyó adoptar medidas para lograr que perdure el alto el fuego, se registraron escaramuzas en distintas zonas de Sanaa y en la convulsa ciudad de Taiz, después de violentos choques esta semana.
Hady se reunió con los principales mandos militares en
Asimismo, reiteró la necesidad de trabajar para asegurar a la ciudadanía el acceso a servicios esenciales como suministro de gasolina, gas, petróleo y electricidad.
Las disposiciones de las autoridades no pudieron aplicarse a Zinjibar, cabecera de la provincia meridional de Abyan, donde prosiguen los enfrentamientos armados de las fuerzas armadas contra milicias islamistas radicales identificadas como Partidarios de
Entretanto, reportes noticiosos destacaron que Estados Unidos incrementó en las últimas semanas sus ataques con aviones cazas y aparatos no tripulados contra supuestos miembros de Al-Qaeda, al margen de la lucha del Gobierno de Sanaa por mantener el control del país.
Las agresiones, valoradas aquí como una escalada en la ofensiva encubierta norteamericana en esta nación árabe, tenían el alegado fin de tomar ventaja del creciente vacío de poder y evitar que milicias como la de Zinjibar extendieran su área de operaciones en el sur.
Las informaciones atribuidas a fuentes del diario The New York Times agregaron que en uno de los ataques de la semana pasada los aviones de Washington mataron a un dirigente de Al-Qaeda identificado como Abu Alí Al-Harithi y a otras personas, incluidos cuatro civiles.
Según las fuentes, los servicios de espionaje estadounidense y saudita conocían movimientos y escondites de milicianos islamistas que se presume aprovecharon el repunte de las revueltas contra Saleh para aliarse con otros opositores, haciendo más complejos sus planes.
*Ulises Canales, para agencia Prensa Latina, Cuba (www.prensa-latina.cu)

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