(Por Bruno Geller) Para prevenir
la mayor cantidad de casos de muerte súbita de atletas de alto rendimiento y
personas que practican deporte en forma regular, un equipo de especialistas de la Argentina y de otros
países destaca en un artículo publicado en Archivos Brasileros de
Cardiología la importancia de la entrevista clínica y de estudios de
diagnóstico, como el electrocardiograma, entre otros.
“El alto rendimiento deportivo
puede ocasionar complicaciones cardiovasculares que generen arritmias graves
que pueden, incluso, derivar en una muerte súbita en el momento del esfuerzo”,
explicó a la Agencia CyTA
uno de los coautores, el cardiólogo Roberto Peidró, especialista en medicina
del deporte y director del Comité de Cardiología del Deporte de la Sociedad Argentina
de Cardiología.
El artículo, que también fue
firmado por los doctores Víctor Froelicher de la Universidad de
Stanford, en Estados Unidos, y Ricardo Stein de la Universidad Federal
de Río Grande del Sur, en Brasil, subraya que la muerte súbita del atleta es un
evento raro que se genera en el deportista con alguna enfermedad subyacente.
“A nivel mundial, la muerte
súbita ocurre en 0,5 a
2 casos por cada 100 mil participantes en diferentes deportes por año en
menores de 35 años. La causa cardíaca es la más frecuente. A estas edades las
enfermedades cardíacas de origen genético son las más frecuentes como causa de
muerte súbita”, destacó el doctor Peidró, quien también es médico cardiólogo de
Futbolistas Argentinos Agremiados y Director del “Centro Cardiológico Salud”.
Para el especialista el miedo a
una complicación cardiovascular no debe ser una excusa para no practicar
deportes. Y agrega que es necesario tener las evaluaciones correspondientes
para conocer el estado de salud cardiovascular y si el corazón está en
condiciones saludables para afrontar el alto rendimiento.
Estudios para prevenir
Para determinar si una persona
puede realizar ya sea deportes de alto rendimiento o que requieran cierto
esfuerzo sin exponerse a un riesgo de muerte súbita, Peidró explicó que es
preciso realizar un examen médico que incluya una entrevista médica sobre
eventuales síntomas del deportista y cuadros cardíacos de sus familiares a fin
de buscar alguna pauta que haga sospechar una enfermedad genética.
También se requiere un
electrocardiograma cuya realización permite sospechar alteraciones cardíacas
estructurales o eléctricas que pueden impedir prácticas deportivas que sean
exigentes por el riesgo aumentado de tener un accidente cardíaco.
En el caso de encontrarse
alteraciones en este primer examen se pueden realizar otros más profundos que
incluyen el ecocardiograma. “Realizar un ecocardiograma a todos los deportistas
puede resultar de un costo exagerado. En ese sentido podría reservarse para
aquellos jóvenes involucrados en deportes de alto rendimiento desde su temprana
adolescencia”, enfatizó Peidró.
En 1982 en Italia se sancionó una
ley nacional que obliga a realizar la historia clínica y electrocardiograma a
todos los atletas como condición imprescindible para participar en deportes, un
modelo que fue adoptado por el Comité Olímpico Internacional y la FIFA. “Con estas medidas en
Italia se pudo demostrar una reducción de la muerte súbita en deportistas del
89 por ciento desde el año 1982 al 2006” , destacó Peidró.
En Argentina, las instituciones
deportivas y las asociaciones que las reúnen tienen, en muchos casos, conceptos
dispares sobre los métodos a emplear. “Mientras algunas requieren sólo la nota
de un médico con la palabra ‘apto’, otras solicitan exámenes diversos que
incluyen ecocardiograma, ergometría, estudios de laboratorio y radiográficos.
La propuesta de asociaciones deportivas sobre amplios estudios para poder participar
en los torneos ha generado oposición en diferentes instituciones que no cuentan
con los recursos suficientes para solventar los costos de los exámenes”,
puntualizó el especialista.
Y concluyó: “Tal vez sea el
momento de apelar a reuniones más amplias que involucren a médicos, directivos
de Instituciones y Asociaciones, políticos y sanitaristas para unificar
criterios y generar un programa uniforme de evaluaciones tendiente a la
protección de nuestros deportistas.”
De Agencia CyTA-Instituto Leloir
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