La Organización Mundial de la Salud (OMS) recalcó que prácticamente todo el crecimiento demográfico de los próximos 30 años se concentrará en las ciudades, donde en 2030 se espera que vivan seis de cada diez habitantes del planeta.
En la actualidad más de la mitad de la población mundial (6.500 millones) vive en las urbes; el porcentaje aumentará hasta un 60% en 2030 y alcanzará el 70% en 2050.
Como consecuencia de ello, tanto en las megalópolis (más de 10 millones de personas) como en las ciudades pequeñas y medianas (menos de 5 millones) se observará una degradación de las condiciones de salud debido a factores como la insuficiencia de infraestructuras, la propagación de enfermedades infecciosas y el aumento de enfermedades crónicas por estilos de vida malsanos.
"Las ciudades concentran oportunidades y servicios, pero también riesgos y amenazas para la salud", declaró la directora general de la OMS, Margaret Chan, al presentar la campaña "Mil ciudades, mil vidas", que incide en el vínculo entre los planes urbanísticos y la salud de las poblaciones, en el Día Mundial de la Salud. El organismo internacional también prevé un incremento de los accidentes de tráfico y de actos de violencia en general.
Por ello, millones de chinos saldrán a las calles este fin de semana para conmemorar este día y llamar la atención sobre el impacto de la vida urbana en la salud pública y personal.
La Organización Mundial de la Salud ha centrado esta jornada anual dedicada a la salud mundial a concienciar a la población sobre enfermedades relacionadas con la urbanización en el país más poblado del planeta, con más de 1.300 millones de habitantes.
"A medida que más gente se traslada a vivir a las ciudades, emergen más riesgos de salud relacionados con el agua, el medio ambiente, la delincuencia, los accidentes, brotes de enfermedades, afecciones no contagiosas", señaló Michael O'Leary, representante de la OMS en China.
El limitado acceso al agua potable será otro desafío en un mundo cada vez más urbanizado, pues aunque el 94% de residentes urbanos de países en desarrollo cuenta con al menos 20 litros por día (por persona) en una fuente a menos de un kilómetro de sus casas, los riesgos de contaminación del agua son altos.
Según el último informe de la OMS y del Fondo de Naciones Unidas para la infancia (Unicef), cerca de 900 millones de personas viven aún sin acceso al agua potable en el mundo, mientras que otros 2.600 millones carecen de servicios adecuados de saneamiento, tales como un baño, letrina o pozo séptico.
El organismo internacional también subrayó ayer como un grave problema que hasta el 24% de la población urbana cuente con servicios mínimos de saneamiento, como baños o letrinas conectados a una alcantarilla que eviten el contacto de las personas con los excrementos.
La situación es aún peor para los 170 millones de residentes en zonas urbanas marginales que carecen incluso de la más simple letrina, mientras que otros 500 millones de personas comparten servicios higiénicos con personas ajenas a su familia.
Al presentar este cuadro, Chan señaló que el hacinamiento que habitualmente se observa en medios urbanos desfavorecidos amplifica las consecuencias de factores como la contaminación de los alimentos o del agua, los altos niveles de ruido y contaminación, los vertidos químicos, los desastres naturales o el brote de enfermedades.
Migración forzada, una de las causas
Las poblaciones urbanas crecen por la tecnificación del campo, eso obliga a la gente a migrar hacia las ciudades en busca de trabajo. Pero el crecimiento poblacional en las zonas urbanas varía de acuerdo con los países, no todos son iguales, hay unos que son urbanos desde hace mucho tiempo y otros que han empezado a cambiar su estructura demográfica. Ecuador, por ejemplo, debe estar en una etapa intermedia, mientras que Colombia vive una realidad muy compleja; ahí se observa una migración mayor del campo a la ciudad por el clima político y el narcotráfico; en México también está ocurriendo. En Latinoamérica, el crecimiento urbano se da por la migración forzada, por la pobreza y la falta de trabajo. La gente piensa que en las ciudades hay mejor oportunidad de trabajo, pero el problema viene cuando muchos de esos migrantes no encuentran trabajo y entran en la informalidad, y se convierten en vendedores, taxistas y desafortunadamente puede pasar que por desesperación muchos cometen delitos, como el robo. Además, la mayoría de los migrantes son gente de escasos recursos, que llegan a lugares donde no hay servicios básicos ni acceso a los servicios de salud. En cambio, las ciudades europeas crecen por las migraciones externas y ahí no hay mucho crecimiento urbano porque la población rural es muy baja. En Asia, la situación es muy diferente a la de Latinoamérica porque son países muy diversos, así vemos que el crecimiento urbano en Filipinas es acelerado debido a la migración interna, mientras que en Japón existe más control demográfico.
Las poblaciones urbanas crecen por la tecnificación del campo, eso obliga a la gente a migrar hacia las ciudades en busca de trabajo. Pero el crecimiento poblacional en las zonas urbanas varía de acuerdo con los países, no todos son iguales, hay unos que son urbanos desde hace mucho tiempo y otros que han empezado a cambiar su estructura demográfica. Ecuador, por ejemplo, debe estar en una etapa intermedia, mientras que Colombia vive una realidad muy compleja; ahí se observa una migración mayor del campo a la ciudad por el clima político y el narcotráfico; en México también está ocurriendo. En Latinoamérica, el crecimiento urbano se da por la migración forzada, por la pobreza y la falta de trabajo. La gente piensa que en las ciudades hay mejor oportunidad de trabajo, pero el problema viene cuando muchos de esos migrantes no encuentran trabajo y entran en la informalidad, y se convierten en vendedores, taxistas y desafortunadamente puede pasar que por desesperación muchos cometen delitos, como el robo. Además, la mayoría de los migrantes son gente de escasos recursos, que llegan a lugares donde no hay servicios básicos ni acceso a los servicios de salud. En cambio, las ciudades europeas crecen por las migraciones externas y ahí no hay mucho crecimiento urbano porque la población rural es muy baja. En Asia, la situación es muy diferente a la de Latinoamérica porque son países muy diversos, así vemos que el crecimiento urbano en Filipinas es acelerado debido a la migración interna, mientras que en Japón existe más control demográfico.
De agencia EFE
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