Buscar en este blog

Seguí cada vez mejor informado

Seguí cada vez mejor informado

miércoles, 26 de mayo de 2010

Argentina: el mensaje del pueblo en las calles

(Por F.S.) "Histórica fiesta popular por el Bicentenario en todo el país", tituló la edición digital del diario InfoBae, en un artículo cuyos párrafos más destacados son los siguientes:
"Más de seis millones de personas se sumaron a los festejos por los 200 años de la Patria en todo el país. En la Capital, la gente superó todas las expectativas y colmó el Paseo del Bicentenario, el escenario del Obelisco, la Plaza de Mayo y el Teatro Colón. El gran festejo se vivió sin incidentes y contó con la presencia de casi todos los presidentes de Latinoamérica".
"A 200 años de la formación de la Primera Junta, los argentinos salieron masivamente a las calles para participar de un festejo que tuvo epicentro en el centro de la ciudad de Buenos Aires, pero también una gran repercusión en la mayoría de las ciudades del interior".
"Los festejos oficiales que organizó el Gobierno comenzaron el pasado viernes en las adyacencias del Obelisco en un espacio en donde supieron comulgar shows musicales, stands provinciales, desfiles militares y hasta algún que otro reclamo social".
"Según datos divulgados por la Policía, más de seis millones de personas festejaron el Bicentenario en las provincias. Sólo en Capital, más de tres millones pasaron por el centro porteño, en donde la noche con mayor presencia fue la del 25 de mayo".
"Los más memoriosos se animaron a comparar la masividad del festejo con las celebraciones mundialistas de 1978 y 1986, y con las movilizaciones de 1983 con el regreso de la democracia".
"La reinauguración del Teatro Colón luego de tres años y medio de desencuentros fue un condimento especial para un festejo que tuvo su punto más alto de emoción cuando a las cero horas del martes millones de personas salieron espontáneamente a las calles para cantar el Himno Nacional Argentino".
Pero, junto a esa y otras noticias similares y en la misma línea, se colaron hoy miércoles 26, como en la semana previa a la celebración, las inevitables "quejas" argentinas. Los grandes medios de comunicación, rehenes de la propia realidad paralela que crearon para sí mismos, hablaron de los reclamos de los conductores que debían transitar en la zona donde estaban ubicados los stands y la infraestructura del Paseo del Bicentenario.

Dos imágenes. 2010, arriba. 1910, abajo.

Antes de que las celebraciones comenzaran, las supuestas quejas eran por el armado. A partir de la mañana de hoy miércoles, por la tarea de desmonte de las estructuras.
Y así, reales o no (son mencionadas, pero no mostrados quienes las plantean) esas quejas son puestas en un pie de igualdad con la presencia de millones de argentinos celebrando durante cuatro jornadas.
En la noche del martes 25, mientras miraba la proyección de 200 años de historia, en imágenes, en el frente del Cabildo, el más emblemático de los monumentos históricos, pensaba en que si no es hoy miércoles, será mañana, o pasado, o la semana próxima. Es seguro que no faltará quien en lugar de hablar de lo profundo que caló en los argentinos ese juegos de luces, no salga a plantear interrogantes acerca de cuáles fueron los costos que tuvo.
De la misma manera que en la mañana de este miércoles, varias radios salieron a plantear el interrogante acerca de los costos que "habría tenido" la remodelación del Teatro Colón, otro emblema, y que fue terminada por la gestión del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en la vereda de enfrente al de la Nación.
O dirán que en los recitales y espectáculos que se ofrecieron estuvieron unos, pero deberían haber estado otros, que en realidad no formaron parte de las actividades. El chiquitaje y la polémica con la que buscan reatroalimentarse.
Los periodistas parecen no haber leído claramente el mensaje de los millones de argentinos movilizados, en paz, sin distinción de clases sociales y sin banderas políticas, que hicieron del Bicentenario, una celebración de personas, y no de monumentos; de masas, y no de elites.

¿Nada que festejar?
Los nostálgicos, y algunos otros que les son funcionales en el marco de su mezquina pelea, venían planteando en las semanas previas a la celebración sentencias del tipo: "Nada que festejar", y fundaban la apreciación contrastando el presente nacional, con la realidad del país en 1910.
E incluso, algunos se animaron a repasar los monumentos que otros países habían donado en el marco de la celebración del primer centenario argentino. Obras monumentales, como las que el propio estado argentino había inaugurado en ese contexto.
Claro que olvidaron mencionar que, por ejemplo, las grandes mayorías de excluidos, pobres, provincianos e inmigrantes no participaron del "banquete" de aquel centenario. Era más "chic" que estuviera la Infanta Isabel de Borbón en el centenario, que la visita de Evo Morales para el Bicentenario.
Una mirada apenas más minuciosa permite traer al presente algunos episodios que aquella "Argentina esplendorosa" barrió bajo la alfombra, como las protestas y los reclamo sociales que se dieron durante la Semana de Mayo de 1910.
Por esos días, el descontento se hizo palpable, no sólo con un atentado en el Teatro Colón en una de sus funciones de gala, o mediante amenazas de huelga general y planteamientos violentos de sectores sindicales anarquistas y socialistas, sino también a través de las respuestas que el país pomposo brindó a ese descontento: la aplicación del estado de sitio o las presiones policiales.
En aquella Argentina de los grandes edificios y los monumentos, faltaban todavía dos años para que se estableciera la "Ley Sáenz Peña", del voto secreto, universal y obligatorio, y seis para que mediante ese sistema fuera electo el primer presidente.
Era un período que se caracterizaba por un estado conservador y elitista y un sistema de fraude electoral, que se desmoronaba (dos años después llegó la Ley Sáenz Peña), pero que había servido para mantener en el poder el proyecto político de la oligarquía.
Hay que recordar que la Unión Cívica Radical se abstenía de participar en elecciones, debido a las faltas de garantías de transparencia en los comicios. Y venía de haberse alzado en armas, apenas cinco años antes, contra ese modelo de estado elitista que había impuesto la llamada "Generación del '80" en el siglo XIX.
El período que va de 1906 a 1910 se vio cruzado por innumerables huelgas y una creciente agitación obrera. Y de hecho, el año del centenario fue el que registró el número más elevado de huelgas y disturbios.
Tres meses antes del cumpleaños de la Patria, en febrero de 1910, se aprobó la Ley de Defensa Social, para extender la represión contra la izquierda).
Dos últimos datos singulares. Por un lado, la mayoría de los monumentos donados para conmemorar el centenario por potencias extranjeras, habían llegado de países europeos. Y al mismo tiempo, la mayoría de los visitantes habían arribado al puerto de Buenos Aires desde el otro lado del océano. En este bicentenario, estuvieron representados los países hermanos del continente, primordialmente.
Por otro lado, a diferencia de aquella celebración elitista de un siglo atrás, donde apenas una minoría se hizo presente, los cálculos oficiales y los extraoficiales hablan de millones de participantes en la fiesta del bicentenario.
Pero esto no debe quedar nada más que en un contraste entre dos realidades, dos tiempos históricos, o dos argentinas, porque eso sería caer en la misma lógica de los que usan la fecha para ensalzar el modelo de país de un siglo atrás.
Es necesario, hoy más que nunca, tomar nota del otro dato que arrojó esta celebración: millones de personas en la calle, sin banderas políticas, sin roces, sin incidentes, sin distinciones de clases sociales, con banderas en las casas y en las calles como pocas veces se había visto, a excepción de eventos deportivos.
El pueblo habló, y habló claro. Serán los dirigentes (los oficialistas y los de la oposición) los que deberán tomar nota, primero. Pero serán los medios los que deberán tomar nota después. El sentir de todo un país no puede taparse con la página de un diario, como no puede taparse el sol con una mano.

Fuentes InfoBae (Argentina) y "Centenario de la Revolución de Mayo: Las Exposiciones Internacionales", un trabajo monográfico de María José Iriarte.
Argentina: el mensaje del pueblo en las callesSocialTwist Tell-a-Friend

No hay comentarios:

Publicar un comentario