Wisconsin, uno de los estados con las mayores conquistas desde la época de Roosevelt se viene movilizando desde que la gobernación la ganó un republicano de derecha en noviembre 2010, por la primera vez desde 1938, así como de la mayoría de las dos cámaras locales. Para equilibrar el presupuesto, el nuevo gobernador, Scott Walker, logró aprobar un programa draconiano que consiste en rebajar los sueldos de los funcionarios públicos en 8 por ciento a partir del 1 de agosto, cortar en 800 millones de dólares los créditos para educación y en 500 millones los de seguridad en salud para los más pobres (el llamado programa de Medicaid), lo que no le impidió acordar ventajas fiscales para el sector privado con base en la famosa teoría de la oferta reaganiana de que bajar impuestos aumenta la producción, que no tiene sustento teórico ni empírico. Por si no le bastaran estas medidas, rechazó 28 millones de dólares del gobierno federal para luchar contra la obesidad y 800 millones para financiar el tren a gran velocidad.
No contento con lo anterior, se dedicó a atacar a los sindicatos con la aprobación de abolir el derecho de negociar convenciones colectivas en la función pública, una conquista lograda desde 1959.
La llegada de este gobernador del Tea Party, de la extrema derecha del Partido Republicano, ha dado lugar a manifestaciones enormes, a protestas constantemente y a discusiones políticas por los demócratas que han pedido la invalidación de las credenciales de seis republicanos, el 6 de agosto en un una elección especial
Todos los días, varias decenas de indignados ocupan el Capitolio del estado. Si los republicanos pierden en la elección especial del 6 de agosto, se habrá dado un mensaje: no se pueden tocar los programas sociales, lo que repercutirá en todo Estados Unidos.
El gobernador Scott Walker pertenece a la tendencia del Tea Party enemigo de lo que llaman el “gobierno grande”, del gasto social y de los sindicatos. Uno de los objetivos de este gobernador y de sus similares en otros estados es el de privar a los sindicatos de recursos antes de la elección de 2012, para lo cual eliminaron que la cotización a los mismos sea automática de los cheques de pago mensual. Ahora los sindicatos serán obligados a solicitar autorización a sus adherentes para efectuar esta deducción en sus salarios.
La batalla está dura. Pero un sondeo efectuado por la universidad de Wisconsin del 17 de julio muestra que 59% de los habitantes del Estado desaprueban su gestión.
Como en Grecia, Irlanda, España, Portugal, Italia y Francia, en Wisconsin la gente está reaccionando ante la pérdida de sus conquistas sociales por parte de gobiernos neoliberales. Esta batalla se dio en Latinoamérica, y ahora los gobiernos tienen otros perfiles menos ortodoxos y hay más preocupación por lo social y casi nadie piensa en disminuir el bienestar de los ciudadanos.
De “Avanzar, Movimiento de Avanzada Democrática” (www.avanzarcolombia.com), de Colombia.
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