En el paradógico universo paralelo en que viven muchos medios de comunicación, y desde el que lanzan permanentes invitaciones a los ciudadanos para cambiar su domicilio hacia allí, pasan cosas como la que refleja la columna “La farándula y Camila Vallejo”, de Claudia Guzmán, y publicada en su edición de hoy, en el diario El Mercurio, de Chile.
Curiosamente, y se verá en la reproducción textual de la columna, más abajo, el cuestionamiento de la periodista está dirigido a la presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Chile (Vallejo) por no acceder a la propuesta del programa de hablar de temas banales, y que no se haya podido “romper el blindaje ideológico de su intervención”.
Pero también, las críticas iban dirigidas al canal que la invitó, y a la producción del programa, por no haber calculado que la dirigente no hablaría de temas banales.
Subrayando que Vallejo fue a exponer lo que sabe, y por lo que viene luchando, que es la demanda de educación pública, gratuita, y de calidad, y que es, al mismo tiempo, lo que la ubicó en ese lugar de reconocimiento que hoy ocupa, dentro y fuera de las fronteras chilenas, los cuestionamientos estuvieron dirigidos a lo largo de la columna a ese error de no haberla hecho hablar de cosas triviales... a que no haya accedido a entrar en el universo paralelo que los medios proponen, y que, por el contrario, haya mostrado el “universo real” a los televidentes del programa.
Cualquier semejanza con el grueso de las propuestas de la TV en cualquier país latinoamericano, es pura intencionalidad.
Aquí la columna de Claudia Guzmán, de puño y letra:
“TVN y su espacio "Fruto prohibido" dieron la noche del miércoles la más amplia de las alamedas al movimiento estudiantil. En un espacio de identidad aún indefinida, pero con creciente filiación farandulera, hizo su debut en el ambiente de escenografías chillonas y mujeres de escote pronunciado la presidenta de la Fech, Camila Vallejo. En medio del enfrentamiento entre la ex prostituta Ana Alvarado con su hija chica reality, y la entrevista al ex carabinero que montó junto a los noticieros una desnudista renuncia a la institución, apareció la joven que encarna ante los medios el actual clima de agitación.
”Tenerla es un logro de producción, pero el objetivo de su presencia en ese espacio, en ese contexto y en ese canal, fue una mal calculada muestra de ambición. ¿Por qué? Porque durante el bloque de casi 30 minutos que le dedicó el programa -que lideró la sintonía de su horario con 16,4 puntos-, jamás se logró lo propuesto en la presentación: "conversar de todo", como forma de humanizar al personaje tras el discurso reformista de la educación.
”Ni Katherine Salosny ni el periodista Ignacio Franzani fueron capaces de romper el blindaje ideológico de su intervención. Ni las "agudas" interrogantes sobre sus gustos musicales, piropos recibidos o eventuales pololeos pudieron interferir en el mensaje que ella quiso entregar. Apenas rozaron su pudor con zalameras muestras de desesperación: "Eres muy bella en todos los sentidos" o "queremos saber qué se esconde detrás de esos bellos ojos", urgían los animadores mientras, desde la sala de dirección, un largo zoom in se clavaba en las pupilas de la dirigenta estudiantil.
”Camila Vallejo marchó libremente por la pantalla de TVN y construyó una imagen ante una audiencia poco habituada a la ideologización. Sin la coherencia que hubiese tenido en un espacio como "Estado nacional", su performance estuvo muy lejos de lo que el resto de "Fruto prohibido" ofreció y posiblemente causará más de una discusión interna en la red estatal. Pero, sin duda, los estudiantes celebran haber alzado su causa en un programa que -por impericia de los conductores o falta de definición- muestra una vocación tan gris y amarga como querer rodear de farándula todo lo que pasa por su set.”
Calle 7 es en otro horario.Desubicados
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