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domingo, 16 de octubre de 2011

Desbarataron una red que realizaba abortos en forma clandestina






De arriba hacia abajo: tres imágenes de las investigaciones de Documentos América de este año. La forma en que la red se da a conocer con carteles en la vía pública, y la publicación de en Marcha, del año 2000, puntapié inicial para la detención de entonces.


Por enésima vez, una banda liderada por un médico peruano, que se dedica a realizar abortos en forma clandestina, fue desbaratada la última semana… Al menos, por un tiempo, porque sistemáticamente vuelve a operar.

El autor de este blog reveló estos datos en 2000, a través de la revista regional En Marcha, así como casos de víctimas fatales de la red, ex empleadas que daban detalles de cómo operaba, y las ramificaciones de la banda.

Los hechos desembocaron en una investigación de América TV, que redundó en la detención del ahora nuevamente detenido médico Teófilo Angulo Plasencia.

Tiempo después, el mismo “modus operandi” para la difusión de la información de la red en la vía pública (carteles que rezan “Partera-Enfermera”) resurgió en la zona sur. El tema fue planteado en las páginas del diario Mi Ciudad, de Florencio Varela, por el mismo periodista.

Finalmente, en agosto de 2009, el tema fue planteado en este blog.

Este año, en junio, el programa Documentos América, de América TV, visitó la clínica de Plasencia en Claypole, casa central donde opera la banda, pero sólo una de sus “sucursales”. Esa publicación se tradujo en amenazas a través de este blog.

Los resultados de ese informe periodístico se tradujeron, días atrás, en el allanamiento de la “clínica” clandestina.



Aquí, la nota del portal “Precinto56”:

A raíz de una de investigación, iniciada por el gabinete criminológico de la seccional Sexta, de Claypole, se allanó una clínica de la cual se sospecha se realizan abortos clandestinos, siendo su propietario un medico que tiene la matricula suspendida y el que se encuentra en libertad provisoria.

Por diferentes llamadas al 911 informaban que varias personas (mujeres) que ingresaban al domicilio, como asi tambien matrimonios.

Cuando se le dio intervención a la Unidad Funcional de Instrucción Nº 7, a cargo del Dr. Bisquert, Juzgado de Garantías Nº. 6 a cargo del Dr. Baccini, éstos ordenan los detectives cargo del subcomisario Sebastián Perea y el jefe del Gabinete Principal Marcelo Calarotta, que obtengan pruebas sobre el posible ilícito.

Fue así que los investigadores consiguieron pruebas documentales, testimoniales y filmaciones, comunicando a los magistrados interviniente de los realizados.

Se estableció que el propietario de la clínica es Teofilo Angulo Plasencia, un medico peruano que tiene su matricula suspendida y que se encuentra en libertad provisoria cumpliendo una condena por los delitos de abortos.

Con la correspondiente orden de allanamiento y contando con el personal policial y bomberos del destacamento de Claypole, el mismo fiscal irrumpió en la clínica de la calle 17 de Octubre (ex Gowland) 1016.

Los efectivos secuestraron instrumental quirúrgico para realizar estas operaciones, medicamentos, souvenir que le daban cuando terminaban de realizarse los abortos.

Los bomberos realizaron excavaciones, y se comprobó que en el pozo del baño arrojaba químicos potentes para destruir los fetos, la fachada de la llamada "clínica del terror", allí funcionaba un Kiosco denominado King Kong, como así también había carteles en toda zona sur, venia gente de Wilde, Florencio Varela, Lomas de Zamora.

El "Doctor Muerte" como lo conocen en el barrio a Plasencia quedo imputado por Infracción al Art. 85 Inc. 2 del Código Penal (Realizar Abortos con el consentimiento de los pacientes).

En varias oportunidades este "centro de la muerte" fue allanado, también los medios periodísticos en su momento realizaron cámaras ocultas donde el propio Plasencia, ofrecía sus servicios.



El informe de Los Lanzallamas de 2009

Regla básica del periodismo: no escribir en primera persona. En este caso, valga la excepción, para plantear otro enfoque sobre la cuestión de los niños y sus derechos, que pasa inadvertida hasta el punto del absurdo: los abortos clandestinos.

Partamos de la base de que cada quien puede tener su opinión frente a la cuestión del aborto, pero que aún quienes estén a favor, abogan por una estrategia desarrollada desde lo legal. Por lo tanto, el aborto realizado de manera clandestina no cuenta con el aval del grueso de la sociedad.

Por otro lado, es cierto y jamás ocurrirá que cambie: siempre hubo abortos caseros, comadres que en los barrios atendían estas cuestiones, pero nunca pasaron de ser, justamente, situaciones en un ámbito reducido, de barrio, entre conocidos.

Otra cosa muy distinta es cuando los abortos pasan a convertirse en negocio de una red, que además enlaza sus acciones con el robo de bebés, la venta al exterior, y una larga lista de delitos asociados.



Investigación
Desde mediados de 1999 hasta febrero de 2000, desde una revista de investigación que había fundado y dirigía en sur del Gran Buenos Aires, realicé una investigación sobre una red clandestina que realizaba abortos, y que tenía su sede central en Claypole, partido de Almirante Brown.

Recogí datos sobre abortos que terminaban en muchos casos con el fallecimiento de las embarazadas, datos sobre engaños a mujeres que llegaban solas y le permitían continuar con el embarazo para después venderles el bebé al exterior, y varias cuestiones más.

Las publiqué en marzo de 2000, y llevé un ejemplar de la revista al periodista Néstor Ibarra, en Radio Mitre. Este trasladó el tema al canal América, donde por entonces conducía el noticiero, y se puso en marcha una investigación que terminó con varios arrestos.
El 19 de abril de 2000, el diario La Nación publicaba que “en cuatro pozos ciegos de una clínica clandestina de Claypole se buscaban ayer restos de fetos arrojados por una supuesta organización internacional que vendía bebes y además practicaba abortos”.

“Por los delitos investigados hay once detenidos, a los cuales la jueza Analía Puig Dengola les dictó la prisión preventiva. La sanción penal también se aplicó al cabecilla de la banda, el médico peruano Teófilo Angulo Placencia, de 54 años. A todos les imputa los delitos de asociación ilícita, falsedad ideológica, sustracción de menores y aborto seguido de muerte”, seguía la nota.

En otro de sus párrafos destacados indicaba que: “Los investigadores policiales afirmaron que los acusados también vendían bebés que compraban a madres solteras que concurrían a abortar. Cuando las operaciones se podían evitar, las convencían de la entrega de los niños por bajas sumas y luego de amamantarlos y criarlos por un tiempo, los vendían por fuertes sumas”.

Y por último, se destacaba otro párrafo: “Ayer, tras desagotar los pozos ciegos, el jefe de la Departamental de Investigaciones de Lomas de Zamora confirmó que se ubicaron dos de los niños entregados voluntariamente para venta por sus madres solteras”.



La continuidad

En la sucesivas ediciones de la publicación que dirigí fueron surgiendo más datos, aportados por familiares de las víctimas de la banda, por una mujer a la que le habían robado a su bebé y hasta por parte de una ex empleada que anticipaba lo que luego buscaría comprobar la Justicia: que los restos de los fetos abortados eran arrojados un pozo ciego.

De todas esas investigaciones pueden encontrarse abundantes datos en los medios de la época.
Ahora bien, ¿por qué volver sobre este tema? Porque la organización, al menos en forma parcial, está de vuelta operando desde hace más de un año.

La investigación de hace diez años comenzó porque carteles colocados en la vía pública me llamaron la atención. Decía, simplemente: “Partera –Enfermera” y daban un teléfono. Eran todos iguales, prolijos, pero se prolongaban a lo largo de todo el Conurbano Sur, y cambiaban los números telefónicos.

Lo primero que pensé fue que era muy difícil que un grupo de parteras se asociara de manera tan prolija. Lo segundo, que era una forma extraña de promocionarse colocar carteles en los postes.

Así empecé el trabajo con el que llegué a la red. Descubrí que tenían su sede central “en la calle 17 de Octubre 1016, a poca distancia de la estación Claypole de trenes del ex ferrocarril Roca”, cito el diario La Nación del 19 de abril de 2000. Donde también se aclaraba que “Placencia y sus cómplices publicitaban a "parteras" en carteles colocados en postes del alumbrado de San Francisco Solano y otros poblados bonaerenses”.



Parteras: el retorno

Después de las detenciones, todo desapareció. Las antiguas sedes de las organizaciones fueron reconvertidas en casas particulares o comercios, y el tema se diluyó.

Sin embargo, hace un año y medio, comenzaron a reaparecer los carteles de la organización. Nuevamente exponen la dirección de Claypole, la misma de hace diez años. Nuevamente son “Partera –Enfermera” los textos de los carteles.

Tapizan casi todo Florencio Varela, buena parte de las principales avenidas de acceso a Berazategui, la zona de Quilmes y Bernal Oeste, la zona de la Ribera de Quilmes, San Francisco Solano, y por supuesto, Claypole.

Además, ahora implementaron una serie calcomanías con el mismo texto, que se pegan en los postes de las paradas de colectivos. Y hasta se distribuyeron, tiempo atrás, encendedores económicos con la leyenda “Partera – Enfermera” y el teléfono de la agrupación.

Sin embargo, otra vez para la policía no son detalles evidentes. Sí para los familiares de varias de las chicas que murieron con perforación de útero a manos de esa organización, hace una década, y con las que me he puesto en contacto para ver si advertían el retorno de la banda tal y como yo lo suponía.

Finalmente, hace algunos meses publiqué este hecho de la vuelta de los carteles, en uno de los medios para los que trabajo, el diario Mi Ciudad, de Florencio Varela, con la intención de que pudiera, de esa manera, activarse algún resorte policial o jurídico para poner en marcha nuevas investigaciones.

Como esto parece no haber ocurrido, consideré que salteando algunos de los lineamientos básicos que hacen a la asepsia del periodismo, para no quedarme solo yo con algo que sé está ocurriendo, y que también atañe a los niños.

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9 comentarios:

  1. Recien leo esto, lo encontré porque sospechaba esto y por Morón tambien he visto miles de estos carteles.
    Que paso con el reaparecimiento de esta banda en zuna sur? Se pudo abrir una nueva investigacion? Pregunto porque el post es de hace un año.

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  2. degencen de joder no mientan ...si no legalisenlo al aborto.
    es un medico con todas las letras ami me parese bien q haga abortos

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  3. Federico me puse en contacto con vos por mail para hablar sobre este tema.
    saludos!!

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  4. Quería saber si este número corresponde a esa clínica porque sospecho y averiguando llegue a esto ya que la ubicación que me dan conyeva a varias condolencias! 11 5836-6932

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  5. Antonella pasame tu numero o fb y hablamos por privado. Yo tengo algunos datos sobre este lugar. Saludos

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  6. Tienen que detener esta organiAcion...están matando chicas muy jovencitas...es una dura realidad...

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