De un lado están quienes hacen de
la inseguridad un tema permanente en cuanto espacio ocupan en los medios:
conductores que pasan de la radio a la tv, e incluso de programas políticos a
ciclos de chimentos.
Del otro, quienes subrayan desde
que la inseguridad es una sensación hasta que se utiliza políticamente el tema,
que ante determinadas coyunturas se “agitan” fantasmas –y en ocasiones hechos y
los que plantean que la repetición de un mimo hecho hasta el infinito magnifica
el impacto en quien consume la noticia.
“Y vos, ¿de qué lado estás,
amigo?” era el latiguillo de Matías Martin como conductor de un ciclo de
entretenimientos varios años atrás.
Remitiéndose a las cifras
locales, todo indica que los hechos violentos que pueden medirse
fehacientemente (homicidios) han disminuido con respecto no solo a la década del
90, sino que además han bajado drásticamente y se han amesetado en el último
lustro.
No faltará quien cuestione los
datos. Dirán que aumentaron los delitos contra la propiedad, lo cual es poco probable
de medir con certeza, porque existen muchos hechos que no se denuncian, antes y
ahora.
Dirán que, como con el Indec, las
cifras pueden “maquillarse” cuando son oficiales, lo cual resulta un tanto ridículo
porque es imposible cambiar el número de víctimas fatales de hechos violentos.
Parece poco probable poder esconder muertos o aumentar su cantidad por la
simple y sencilla razón de que existen múltiples registros obligados:
hospitalarios, policiales, en las diferentes necrópolis y en el Registro
Nacional de las Personas.
Sin embargo, desde las pantallas se
insiste. Telefé Noticias exhibe como mínimo un hecho violento por día en sus
diferentes ediciones, y lo convierte, sistemáticamente, en la principal de sus
propuestas informativas.
Las pantallas de América TV y América 24, como reza una
frase añeja, chorrean sangre.
Canal 13, por su parte,
integrante del Grupo Clarín y en clara pulseada con el Gobierno Nacional, hace de
cada episodio, por mínimo o absurdo que sea, una telenovela, que cuenta con dos
narradores casi excluyentes: Osvaldo Bazán1, quien supo modificar una noticia
para beneficiar al empresario Alfredo Yabrán, acusado de jefe de una mafia y señalado
como autor intelectual del crimen del fotógrafo José Luis Cabezas, y Mario
Marckic, quien escaló posiciones en el noticiero haciendo pintorescas crónicas
de viaje por el país, notas de color en tiempos en que el medio contaba con más
soldados en sus filas. Los alejamientos de muchos periodistas que no quisieron convertirse
en rehenes de la pelea del medio con la administración nacional, posibilitó
ascensos meteóricos como el suyo.
Cada vez que sucede algo que sale
de los esquemas previstos por quienes, realmente, se abocan a construir un
relato mediático, se escuchan disparates tales como los que arroja la diputada
“Juan sin tierra” Elisa Carrió, que temporalmente está cerca del Pro (no
sabemos si al salir esta edición el escenario será el mismo): “Detrás de esta
está La Cámpora ”,
asegura la chaqueña.
La pregunta es: ¿Ante los datos
conocidos días atrás -y correspondientes a un informe de la Organización Mundial
de la Salud-
será posible afirmar que también allí hubo miembros de la agrupación juvenil
kirchnerista modificando estadísticas?
Qué dice la OMS
Días atrás, la Organización Mundial
de la Salud
(OMS) dio a conocer un informe respecto a la tasa de homicidios en todo el
mundo.
En América Latina, Argentina se
ubicó entre los 5 países menos violentos.
La tasa de homicidios en América
Latina y el Caribe, de acuerdo al trabajo de relevamiento estadístico, es de
28.5 homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que en Argentina se
reduce a 6 por cada 100.000 hab.
Los menos violentos
Los cinco países donde se
registraron menos homicidios -según la
OMS- en América Latina y el Caribe son:
Antigua y Barbuda: 4.4
Chile: 4.6
Cuba: 5
Argentina: 6
Costa Rica: 8.5
(1) Miguel
Bonasso, escritor y periodista, ex diputado entre 2003 y 2011, en su libro “Don
Alfredo” (1999), biografía de Alfredo Yabrán.
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