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miércoles, 4 de febrero de 2015

Una heroína india para luchar contra la violencia de género


Por Luciana Rodriguez Sacco. - Priya’s Shakti es un comic indio lanzado a fines de 2014, como homenaje a la joven Jyoti Singh Pandey, quien fue violada por seis hombres en un colectivo y murió tres días después. A través de su historia, esta heroína poco convencional busca romper con las estructuras patriarcales y concientizar a una sociedad donde una mujer es violada cada 15 minutos.




Ninguna chica decente camina sola por la noche”, le dijo un policía al director de cine indio, Ram Devineni, durante una multitudinaria protesta en Nueva Delhi, a fines del 2012. El brutal ataque a una joven de 23 años en un colectivo, quien había sido golpeada y violada por seis hombres, había conmocionado a la sociedad india que se había lanzado a las calles para exigir justicia por una situación que en el país se repite cada 15 minutos.

La respuesta del policía indignó a Devineni, quien comprendió que en la India las víctimas son victimarios y viceversa, y que esa opinión no hacía más que expresar lo que gran parte de la población piensa respecto al tema: que la chica es culpable, que se lo merecía o, que al menos, lo había provocado. Fue así que, casi dos años después, decidió realizar un comic para concientizar sobre la situación que viven las mujeres y niñas en su país, donde  los abusos están a la orden del día. De esta manera nació Priya’s Shakti (La fuerza de Priya).

Priya es una joven que es atacada sexualmente por un grupo de hombres, vecinos de su aldea,  y como consecuencia de aquello es rechazada por su familia por haberla “deshonrado”. Ante este situación, sola  y vulnerada, huye al bosque y comienza a rezarle a la diosa Parvati, la que se encarna en su cuerpo y mente y la bendice con el poder de no tener miedo y de cambiar la forma de pensar de las personas. Empoderada, Priya, no solo castigará a sus agresores, sino que llevará un mensaje de concientización al resto de los pobladores, sobre la igualdad entre hombres y mujeres y la urgente necesidad del respeto hacia las segundas.

Esta heroína, bastante atípica – el color de su piel es oscuro, lo que representa las castas más bajas de la India, por ende los sectores más vulnerados-  visibiliza la realidad de las 93 mujeres que cada día son violadas en el país hindú. Por eso, con Shakit como compañero, un tigre en cuyos ojos se refleja el universo, la joven terminará transformándose en la vocera y protectora de las vapuleadas mujeres indias. Incluso, la propia familia que la había expulsado de su hogar, se sumará a su causa y comenzará a recorrer otras aldeas difundiendo su mensaje; el mismo que Devineni quiere extender a toda la sociedad.

Así, Priya, responde y combate los estereotipos sobre víctima y victimario, como así también encarna una lucha para poner un freno a la violencia machista. El comic, que ya se transformó en viral en su país – puede descargarse gratis en http://www.priyashakti.com/ -  busca desafiar la visión patriarcal y generar un cambio cultural, rescatando la voz de las mujeres y la tradición hindú con su base matriarcal, desplazadas por las representaciones modernas de esta cultura.  

Pocos años antes, en 2006 en la región de Uttar Pradesh, una de las más pobres de la India, un grupo de mujeres pertenecientes a una de las castas más bajas (dalits) crearon Gulabi Gang, una organización donde aprenden a defenderse utilizando un palo largo de bambú llamado “lathis”. Es que en medio de una cultura donde para las mujeres rige el analfabetismo, los matrimonios forzados, la violencia sexual y las quemaduras con ácido, ellas empiezan a organizarse.

Jyoti Singh Pandey, una realidad que se repite cada día

“Ok, está muerto”, dijo uno de los atacantes después de golpear a Awindra Pandey con una barra de hierro, la misma que usarían para desgarrar los intestinos de su compañera, Jyoti Singh Pandey de 23 años. No habían pasado ni cinco minutos desde que se habían subido al autobús, cuando  un grupo de seis hombres, incluido quien conducía el vehículo, empezaron a insultarlos y golpearlos. Awindra intentó resistirse y luchó contra tres de ellos, pero finalmente quedó desmayado en el piso del colectivo.

El conductor trabó las puertas y apagó las luces. Cinco de ellos tomaron a Jyoti y la llevaron a la parte de atrás del autobús, donde le quitaron su ropa y sus pertenencias, para luego comenzar a violarla por turnos; como si fuera poco la golpearon con la barra de metal y la mordieron en todo el cuerpo. Eran poco más de las 20:30 cuando los jóvenes se subieron al colectivo, después de pasar una tarde en el cine.


“Ayuda, ayuda”, gritaba Jyoti, mientras los seis hombres la violaban durante una hora, turnándose para conducir el omnibús, así el chofer también podía abusar de ella. Finalmente, la arrojaron del vehículo en movimiento junto a Awindra; ambos completamente desnudos y malheridos. Diez días después, Jyoti fallecía en el hospital producto de las lesiones. Su historia conmocionó a la sociedad y generó una oleada de indignación a nivel mundial, convirtiéndose en un símbolo de uno de los problemas más graves que vive la India.
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