Por Luciana Rodriguez Sacco.
- Priya’s Shakti es un comic indio lanzado a fines de 2014, como homenaje a la
joven Jyoti Singh Pandey, quien fue violada por seis hombres en un colectivo y
murió tres días después. A través de su historia, esta heroína poco
convencional busca romper con las estructuras patriarcales y concientizar a una
sociedad donde una mujer es violada cada 15 minutos.
“Ninguna chica decente camina sola por la noche”, le dijo un policía
al director de cine indio, Ram Devineni, durante una multitudinaria protesta en
Nueva Delhi, a fines del 2012. El brutal ataque a una joven de 23 años en un
colectivo, quien había sido golpeada y violada por seis hombres, había
conmocionado a la sociedad india que se había lanzado a las calles para exigir
justicia por una situación que en el país se repite cada 15 minutos.
La respuesta del policía indignó a Devineni, quien comprendió que en la India las víctimas son victimarios y viceversa, y que esa opinión no hacía más que expresar lo que gran parte de la población piensa respecto al tema: que la chica es culpable, que se lo merecía o, que al menos, lo había provocado. Fue así que, casi dos años después, decidió realizar un comic para concientizar sobre la situación que viven las mujeres y niñas en su país, donde los abusos están a la orden del día. De esta manera nació Priya’s Shakti (La fuerza de Priya).
Priya es una joven que es
atacada sexualmente por un grupo de hombres, vecinos de su aldea, y como consecuencia de aquello es rechazada
por su familia por haberla “deshonrado”. Ante este situación, sola y vulnerada, huye al bosque y comienza a
rezarle a la diosa Parvati, la que se encarna en su cuerpo y mente y la bendice
con el poder de no tener miedo y de cambiar la forma de pensar de las personas.
Empoderada, Priya, no solo castigará a
sus agresores, sino que llevará un mensaje de concientización al resto de los
pobladores, sobre la igualdad entre hombres y mujeres y la urgente necesidad
del respeto hacia las segundas.
Esta heroína, bastante
atípica – el color de su piel es oscuro, lo que representa las castas más bajas
de la India, por ende los sectores más vulnerados- visibiliza la realidad de las 93 mujeres que
cada día son violadas en el país hindú. Por eso, con Shakit como compañero, un
tigre en cuyos ojos se refleja el universo, la joven terminará transformándose en
la vocera y protectora de las vapuleadas mujeres indias. Incluso, la propia
familia que la había expulsado de su hogar, se sumará a su causa y comenzará a
recorrer otras aldeas difundiendo su mensaje; el mismo que Devineni quiere
extender a toda la sociedad.
Así, Priya, responde y
combate los estereotipos sobre víctima y victimario, como así también encarna
una lucha para poner un freno a la violencia machista. El comic, que ya se
transformó en viral en su país – puede descargarse gratis en http://www.priyashakti.com/ - busca desafiar la visión patriarcal y generar
un cambio cultural, rescatando la voz de las mujeres y la tradición hindú con
su base matriarcal, desplazadas por las representaciones modernas de esta
cultura.
Pocos años antes, en 2006 en
la región de Uttar Pradesh, una de las más pobres de la India, un grupo de
mujeres pertenecientes a una de las castas más bajas (dalits) crearon Gulabi
Gang, una organización donde aprenden a defenderse utilizando un palo largo de
bambú llamado “lathis”. Es que en medio de una cultura donde para las mujeres
rige el analfabetismo, los matrimonios forzados, la violencia sexual y las
quemaduras con ácido, ellas empiezan a organizarse.
Jyoti Singh Pandey, una
realidad que se repite cada día
“Ok,
está muerto”, dijo uno de los atacantes después de
golpear a Awindra Pandey con una barra de hierro, la misma que usarían para
desgarrar los intestinos de su compañera, Jyoti Singh Pandey de 23 años.
No
habían pasado ni cinco minutos desde que se habían subido al autobús, cuando un grupo de seis hombres, incluido quien
conducía el vehículo, empezaron a insultarlos y golpearlos. Awindra intentó
resistirse y luchó contra tres de ellos, pero finalmente quedó desmayado en el
piso del colectivo.
El conductor trabó las puertas y apagó las luces. Cinco de ellos tomaron a
Jyoti y la llevaron a la parte de atrás del autobús, donde le quitaron su ropa
y sus pertenencias, para luego comenzar a violarla por turnos; como si fuera
poco la golpearon con la barra de metal y la mordieron en todo el cuerpo. Eran
poco más de las 20:30 cuando los jóvenes se subieron al colectivo, después de
pasar una tarde en el cine.
“Ayuda,
ayuda”, gritaba Jyoti,
mientras los seis hombres la violaban
durante una hora, turnándose
para conducir el omnibús, así el chofer también podía abusar de ella.
Finalmente, la arrojaron del vehículo en movimiento junto a Awindra;
ambos completamente desnudos y malheridos. Diez días después, Jyoti fallecía en el hospital producto de las lesiones.
Su historia conmocionó a la sociedad y generó una oleada de indignación a nivel
mundial, convirtiéndose en un símbolo de uno de los problemas más graves que
vive la India.
No hay comentarios:
Publicar un comentario