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martes, 16 de agosto de 2011

Informe Especial “Trata de Mujeres en Argentina”: Cuatro - Hacia la toma de conciencia

La desaparición de María de los Ángeles Verón en el 3 de abril de 2002, fue la primera bisagra para permitir a la sociedad argentina abrir una puerta hacia un mundo que hasta entonces era para las inmensas mayorías, desconocido.

La unipersonal lucha encarada por Susana Trimarco, madre de María de los Ángeles, para encontrar a “Marita”, como la conocían sus afectos, primero; y para luchar, por extensión, contra la trata de mujeres en la Argentina fue el primer eslabón.

Susana Trimarco avanzaría en muchos frentes, poniendo en evidencia el funcionamiento de redes de trata de personas en el país, y las “rutas” en que se realizan los secuestros, traslados, y explotación de mujeres.

También arrojaría luz sobre la connivencia entre los poderes del Estado y las redes vinculadas a la esclavización de personas con fines sexuales.

Su lucha recibiría en estos nueve años, reconocimiento a nivel nacional e internacional, pero, además, la convertiría en una suerte de faro que fue iluminando a la sociedad.

El 25 de julio de 2004, Fernanda Aguirre, de 13 años, fue secuestrada en la localidad de San Benito, en la provincia de Entre Ríos.

Fernanda fue secuestrada cerca de la casa familiar, y si bien siempre se sospechó que habría sido víctima de una red de trata de personas, la Justicia nunca consiguió un dato certero de su paradero.

El autor del secuestro nunca pudo presentarse en un juicio, porque a un mes de la desaparición murió en su celda. Su pareja, y considerada cómplice en el hecho, fue condenada a 17 años de prisión.

María Inés Cabrol, la madre de Aguirre, murió en 2010, sin haber encontrado a su hija, como consecuencia de una penosa enfermedad. Su lucha, a lo largo de seis años, fue un segundo hito en la difusión de la existencia de redes de trata de personas en Argentina.

El tercer eslabón de la cadena estaría dado por otra desaparición: la de Florencia Pennacchi, una joven estudiante de Ciencias Económicas, que vivía en el barrio porteño de Palermo y trabajaba como empleada en el Instituto de la Vivienda de la Ciudad.

Pennachi, de 24 años, desapareció el 16 de marzo de 2005, cuando iba al médico.

La lucha de su familia permitió seguir ampliando la conciencia social respecto de la problemática de la trata de personas.


Arriba, de izquierda a derecha: María Victoria González Ríos, María Cristina Quevedo Luquez (22), María Luz Gaklarza (15), Marita Verón.

Medio, de izquierda a derecha: Florencia Pennachi, Fernanda Aguirre, Andrea López, María Auxiliadora Figueredo Guillem.

Abajo, de izquiera a derecha: Florencia Sire, “Peli” Mercado (13), Herminia Armoa (16), María Elena Moreno (19).

Son sólo algunas de las chicas desaparecidas en distintos puntos de Argentina, y a quienes se relaciona en sus ausencias con la explotación sexual de mujeres.


Casi a diario, a través de distintos medios de comunicación, surgen nuevas denuncias sobre la desaparición de personas, en su mayoría jóvenes de entre 17 y 24 años. Y pese a que las dependencias policiales difieren la toma de denuncias a un plazo de 48 horas posterior a la desaparición, como también desalientan en muchos casos la radicación misma, lo cierto es que en toda la comunidad existe una mayor preocupación respecto al posible rol de organizaciones mafiosas dedicadas a la trata de personas detrás de esos hechos.



El espacio en la prensa

Lentamente, la trata de mujeres con fines de explotación sexual fue ganando su lugar en los medios, aunque aún no goza de la relevancia que logran temas mucho menores, por caso, las rencillas de la farándula.

Poco antes de la sanción de la norma, bajo el título “Trata de blancas: el siniestro negocio de la esclavitud sexual”, el diario La Nación, firmada por Gustavo Barco, y publicada el 6 de enero de 2008, citaba el caso de Teresa, una joven de 16 años, “rescatada de un cabaret de La Rioja donde la tenían cautiva y la obligaban a prostituirse”.

“A Teresa los recuerdos la abruman, los gritos de las primeras violaciones, el sudor hediondo de esos cuerpos, las palizas y empujones para forzarla a que se drogara, las luces de neón, ese "mi amor" edulcorado que aprendió a decir a fuerza de tormentos, la amiga que la entregó a una red de explotación sexual. Un año y medio soportó esa esclavitud. A veces no aguanta y se va por ahí, sin rumbo, por varios días”, señala el artículo.

Después, el que habla es el padre de Teresa, Mario (48): “Volvió rebelde Teresa, contesta mal. Viene y me deja a la changuita, ¿ha visto? A veces se queda sentada en la cama y llora, llora mucho. (…) Yo le digo "qué le anda pasando m hija" y ella callada".”

“Teresa nunca le quiso contar lo que pasó en La Rioja, pero él sabe”, resume el periodista.

En ese caso, Teresa no recibió la atención y contención adecuadas tras ser rescatada de la red que la explotaba sexualmente.

Pero la Ley Nº 26.364 no llegó exenta de cuestionamientos. En una entrevista publicada por el portal de la ciudad de Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa, con fecha 26 de julio de 2010, Giberti declaró que “hay que corregir rápidamente” a la Ley de Trata y que además “no se está cumpliendo con la Ley para prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres”.

Según el portal, Giberti expresó su desacuerdo con el Articulo Nº 2 de la Ley Nº 26 364, sancionada en 2008, ya que ese inciso hace referencia a que la mujer mayor de 18 años debe demostrar que existió engaño, violencia, amenaza o intimidación para su sometimiento.

“Ese es un grave error de la Ley de Trata. La cuestión era sacar rápido la Ley para federalizar el delito”, afirmó Giberti y agregó: “Yo sé, veo que hay obstáculos” para el financiamiento y para que se modifique a la Ley para prevenir y sancionar a la trata de personas y asistencia a las victimas.

Esa situación coloca a la mujer víctima de las redes de explotación en una doble victimización, ya que no sólo es explotada por los tratantes, sino que una vez liberada, para demostrar su condición de víctima, debe llevar adelante la tarea de demostrar que no ofreció servicios sexuales en forma voluntaria.

Un informe del Departamento de Estado del Gobierno de Estados Unidos, fechado en Washington el 16 de junio de 2009, “el Gobierno brinda asistencia a las víctimas de trata durante el período del informe, aunque las organizaciones internacionales y las ong argentinas proporcionan servicios más especializados a las víctimas”.

“En respuesta a un creciente número de víctimas de la trata Dominicana, en 2009, las autoridades argentinas establecieron un proceso de entrevistas en el aeropuerto para identificar a las víctimas de la trata entre los ciudadanos dominicanos que intentan entrar en el país”.

Más adelante reseña que: “la mayoría de las víctimas de la trata se refiere a los refugios donde son conducidas, como operados por el gobierno pero destinados a casos de violencia doméstica, o bien refugios dirigidos por ongs locales, u órdenes religiosas. En algunos casos, las autoridades pusieron a las víctimas en hoteles o casas de seguridad”.

“Sólo hay un refugio dedicado exclusivamente a las víctimas de la trata en Argentina, y es administrado por una ong”, aseguraba el informe.

Después de transferir la Oficina de Rescate y Cuidado de las Víctimas de Tráfico del Ministerio del Interior al Ministerio de Justicia, en el 2009, psicólogos, trabajadores sociales y expertos en política se incluyeron en los esfuerzos de aplicación de la ley que incluye la identificación de las víctimas.

La Oficina de Rescate y Cuidado de las Víctimas de la Trata brinda siempre atención posterior a las tareas de rescate, incluido el acceso a los servicios jurídicos, médicos y psicológicos.



El rol de las organizaciones

Quienes más arduamente trabajan, no sólo para poner el tema en el primero de los planos, sino también para lograr avances sustanciales que no queden sólo en la denuncia, son las organizaciones no gubernamentales.

A través de portales en la web es posible acceder a dossier informativo sobre la situación de la trata de mujeres con fines de explotación sexual en la Argentina, pero también es posible conocer cómo operan las redes, los mecanismos que utilizan para la captación de las víctimas, los avances en distintos frentes, y muchos otros detalles.

Las ong que trabajan sobre el tema también ofrecen fotos de las jóvenes desaparecidas en el marco de situaciones compatibles con la esclavización sexual.

Y suman líneas telefónicas y servicios de ayuda, así como también canales para presentar denuncias.

Algunas organizaciones y sus portales en la web que merecen ser tenidos en cuenta:

-Red Nacional Alto al Trafico, la Trata y a la Explotacion Sexual Comercial, de Niños Niñas y Adolecentes (www.ratt.org.ar)

-Federación de Entidades de Fomento del Partido de Quilmes (www.federacionentidades.org.ar)

-Sin Cautinas (www.sincautivas.blogspot.com)

- Grupo de Investigación y Acción sobre Trata de Mujeres y Niñas en Argentina (http://ningunamujermas.wordpress.com)

-Asociación Civil La Casa del Encuentro (www.lacasadelencuentro.org)

-Campaña “Ni una víctima más de las redes de prostitución” (www.campanianiunavictimamas.blogspot.com)

-Esclavitud Cero (http://esclavitudcero.wordpress.com)

Fundación El Otro (www.elotro.org.ar)



Fuentes:

Diario La Nación, Argentina (www.lanacion.com.ar)

Fundación Marita Verón (www.fundacionmariadelosangeles.org)

Federación de Entidades de Fomento del Partido de Quilmes (www.federacionentidades.org.ar)

Portal de la Municipalidad de Santa Rosa – La Pampa, Argentina (www.santarosa.gov.ar)

Informe del Departamento de Estado, de Estados Unidos (Año 2009)

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