Las fuerzas de seguridad chilenas desconcentraron una movilización en el centro de Santiago para acatar una resolución del gobierno que prohíbe las protestas en esa ciudad. Lo hicieron con camiones hidrantes que arremetieron contra los jóvenes movilizados en defensa de la educación pública, y el saldo fue de 133 detenidos.
Los manifestantes levantaron barricadas con neumáticos en 12 puntos de Santiago y fueron reprimidos por la policía con gases lacrimógenos y carros hidrantes. También se produjeron disturbios en ciudades del interior del país como Iquique, Valparaíso y Concepción.
Una de estas barricadas se levantó en pleno centro de Santiago, donde estudiantes quemaron neumáticos y maderas a pocos metros del emblemático colegio Instituto Nacional y de la Universidad de Chile, que hace dos meses se encuentran tomados por estudiantes. La crisis en la educación media y universitaria es tal que llevan más de 60 días sin dictar clases.
Las marchas se desarrollaron en medio de la desilusión de los estudiantes ante una última propuesta del Gobierno para acabar con las protestas, pero que no satisface la exigencia estudiantil de realizar una serie de reformas constitucionales que fortalezcan la educación pública.
El vocero de gobierno, Andrés Chadwick, declaró para radio Cooperativa que "los estudiantes no son los dueños de este país". Y agregó: "No podemos ser presos, como sociedad, de que sólo valen los derechos de los estudiantes a manifestarse".
"Llega un límite que está dado porque el ejercicio de un grupo de personas no perjudique el derecho del resto de la ciudadanía, y todos sabemos que una marcha por la Alameda rompe la tranquilidad en Santiago", declaró.
Y admitió: "Vamos a tener un día lamentablemente duro y en ese sentido, el gobierno ha tenido una voluntad absoluta para conversar, dialogar, buscar los caminos para construir un acuerdo en educación".
La decisión de proscribir las marchas del gobierno, enfrentado a comicios municipales en 2012 y presidenciales en 2013, fue justificada en la necesidad de mantener el orden.
El decreto firmado por Pinochet en 1983, durante la dictadura militar que duró entre 1973 y 1990, reconoce que las personas tienen derecho a manifestarse, pero que deben pedir permiso a la autoridad.
"En las calles, plazas y demás lugares de uso público las reuniones se regirán por las disposiciones generales de la Policía", reseña la norma emitida en la dictadura.
Los jóvenes, que movilizaron a cientos de miles de personas las últimas semanas, exigen que los estudios escolares y universitarios sean gratuitos en Chile. También demandan calidad.
En el país trasandino, la mayoría de la educación escolar requiere pago de mensualidades, además de toda la educación universitaria, considerada una de las más caras del mundo, según la OCDE.
Secundarios marcharán con universitarios tras represión
Estudiantes chilenos de la enseñanza secundaria afirmaron que se unirán a la marcha de los universitarios en la tarde de hoy, pues la programada esta mañana fue reprimida por la policía.
Con gases lacrimógenos, carros hidrantes y rejas, los carabineros sitiaron el centro de esta capital para impedir la protesta de los jóvenes que exigen al Estado hacerse cargo de la educación pública.
La movilización "no se puede catalogar ni siquiera como marcha. Ni siquiera nos pudimos juntar. No se puede dar por terminado algo que nunca empezó", subrayó la vocera de la Coordinadora Metropolitana de Estudiantes Secundarios, Paloma Muñoz.
En la tarde "lo intentaremos de nuevo y nos adheriremos a la marcha convocada por los universitarios y profesores", dijo en declaraciones al diario La Tercera.
Explicó que esta mañana, la Plaza Italia amaneció enteramente cercada, para que no "pudiéramos ni siquiera reunirnos".
Por su parte, Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, denunció a través de Twitter que "ninguna medida represiva que desate el gobierno socavará la fuerza de nuestro movimiento.
"¡Responderemos con más unidad y con más lucha!", advirtió la líder estudiantil.
Sobre la actuación de la policía aseguró que la "nueva forma de gobernar no es tan nueva, se parece bastante a una que vivimos durante 17 años", refiriéndose al régimen de Augusto Pinochet (1973-1990).
Desde hace unos tres meses el movimiento estudiantil de Chile, con el apoyo de familias y diversos sectores sociales iniciaron una serie de protestas, las cuales se han ido radicalizando, para exigir al gobierno de Sebastián Piñera una transformación del sistema educativo del país.
Demandan acceso con equidad, calidad, integración y heterogeneidad social en la matrícula; aumentar el financiamiento público a la Educación Superior como porcentaje del Producto Interno Bruto.
Reclaman además, la democratización del sistema de educación superior.
Los estudiantes de secundaria demandan la gratuidad de la Tarjeta Nacional Estudiantil y su funcionamiento todo el año; enseñanza estatal, gratuita y laica; mejorar la calidad y apresurar la reconstrucción de los colegios afectados por el terremoto del 27 de febrero de 2010.
El ministro de Educación, Felipe Bulnes, presentó el lunes último un documento con 21 puntos para dar respuesta a las peticiones.
El texto es rechazado por la mayoría de los estudiantes de ambos niveles, así como por profesores y sectores sociales, por considerar que la propuesta del Ejecutivo solo reafirmará el existente modelo de mercado de la educación.
Fuentes: Diario InfoBae, Argentina (www.infobae.com.ar) y agencia Prensa Latina (www.prensa-latina.cu)
No hay comentarios:
Publicar un comentario