El conflicto en Libia, que sobrepasó todos los límites de la racionalidad, muestra a las claras cuáles son las pretensiones de las potencias mundiales atravesadas hoy por la crisis económica.
De hecho, hay que recordar los graves problemas que atraviesan países como España y Francia por la falta de tan vital elemento. Situación que llevó a Francia a explorar reservas de agua dulce subterráneas bajo sus costas en el mar Mediterráneo.
La primera imagen muestra las reservas de gas y petróleo del norte de África, sobre las costas del Mediterráneo. La segunda, según la UNESCO, la proporción de los acuíferos subterráneos en esa misma zona, y donde Libia tiene un papel preponderante.
Y los links de dos de los informes de Los Lanzallamas sobre las riquezas del continente africano, que desde hace mucho, mucho tiempo vienen despertando los más voraces apetitos.
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Y, como en medio oriente Siria es uno de los enclaves mejor dotados en materia de reservas petroleras, al igual que Irán, hacia allá irán las próximas acciones.
Dado que además de los intereses de las potencias europeas y Estados Unidos en el llamado “oro negro”, existe un interés especial de Israel en las reservas de agua que representan los ríos que fluyen desde Siria, y que ese país, con represas en su propio territorio, busca acaparar para beneficio propio, en detrimento del estado israelí, en constante sangría por la creciente merma en sus reservas de agua.
Situación que, por otra parte, va siendo paliada por la avanzada de los asentamientos en Cisjordania.
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