He aquí una
lista de fin de año de pesimismo apocalíptico, con lo que el Año Nuevo podría
traernos en Medio Oriente y África del Norte –el escenario de la así llamada
“Primavera Árabe”, que nos ha mantenido a todos al borde de nuestros asientos
durante todo el año, con las cortas, relativamente sin sangre, parcialmente
exitosas, revoluciones en Túnez y Egipto (donde todavía bullen los problemas);
el levantamiento fallido y la represión en Bahrain; la sangrienta revolución en
Libia (lo mismo cuando las milicias lucharon unas contra otras, ya no contra
Gadafi); y las de Siria y Yemen, que están en marcha y que también lucen como
guerras civiles brutales.Mientras 2011
termina, sin embargo, parece como si los ingredientes que hicieron la Primavera
Árabe un fenómeno tan contagioso en el mundo árabe tuvieran piernas mundiales,
con la protesta anti Wall Street y los movimientos similares de Ocupación
brotando en todos los Estados Unidos y Europa Occidental. Y ahora, por primera
vez desde que erigió una oligarquía neozarista manejada por la KGB para
gobernar a los rusos, también hay manifestaciones contra Vladimir Putin y sus
compinches.
¿Adónde irá el
descontento luego? Es una adivinanza, dado el mundo en que vivimos –con su
economía global, su recesión global, su global sensación de pánico acerca del
futuro y una panoplia de líderes mundiales que parecen incapaces de reparar ya
nada. Uno de los principales gatillos es la indignación colectiva,
especialmente entre los veinteañeros desempleados y subempleados, que sienten
que les han robado el futuro. Y con televisión satelital de veinticuatro horas
y teléfonos móviles Internet y Twitter y Facebook y todo lo demás para ver la
evidencia y difundir las consignas, parece garantizado que habrá nuevas y
furiosas protestas.
Pero, regresando
al más volátil rincón de la Tierra –el que comienza, aproximadamente, en la
costa atlántica del noroeste de África, con Marruecos, y se extiende hacia el
Este a través del cabo norte de Africa hasta su Cuerno y hacia el interior del
Mediterráneo Oriental, y recorre la Península Árabiga, y es finalmente tragado
por las montañas del Hindu Kush—, he aquí mi lista para 2012. Es menos un
ejercicio de análisis sucinto que una estimación aproximada. Una advertencia:
aun en este momento, cuando la compongo, veo que se podría hacer todavía un
montón de cruces. De hecho, casi todas las naciones mencionadas en cualquiera
de las cinco categorías que siguen podrían pertenecer a cualquiera de las
otras. Quizás, en lugar de ser pesimista, he errado para el lado de la
prudencia. Una lista maestra probablemente los incluiría a todos y eliminaría
los matices a favor de algo mucho más portentoso y temible, y mucho menos
limitado geográficamente.
1. Conflictos en
marcha que casi con certeza empeorarán en 2012: Siria, Pakistán, Sudán,
Afganistán.
2. Países con
conflictos sin resolver que hay que mirar con atención: Irak, Yemen, Bahrein,
Israel-Palestina, Libia, Sudán, Somalía.
3. Países con el
potencial para desatar un conflicto de gran escala con dimensiones
internacionales: Irán, Pakistán, Israel-Palestina, Siria, Sudán, Somalía.
4. Lugares donde
conflictos de largo fermento pueden rebrotar súbitamente: Líbano,
Israel-Palestina, Egipto, Sudán, Somalía.
5. Lugares que
probablemente sucumbirán a su propio descontento al estilo de la Primavera
Árabe en algún momento: Arabia Saudita, Jordania, Argelia, Sudán.
De El Puercoespín,
Argentina (www.elpuercoespin.com.ar)
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